“UNIDOS EN UN MISMO SENTIR…. EL MAYOR SUEÑO DE DIOS!!!
Por: Gladys Raquel Hernández
“Sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros” (2º Corintios 13:11).
Dedicado a todas aquellas personas que anhelen tener encuentros reales y personales con Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, quien se me ha revelado en sueños, me ha llamado para conocerlo y aceptarlo en primera instancia y luego, para hacerme sierva suya, y quien día a día me va capacitando para llevar Su Palabra a toda criatura que desee escuchar mensajes de Dios, en cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).
Hace ya muchos años, cuando fui llamada por Jesús en forma inesperada, experimenté una real transformación y revolución dentro de mi ser. Me fui convirtiendo en forma paulatina en una nueva criatura, conforme a Su voluntad:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2º Corintios 5:17).
Jesús me ha hablado en sueños en una ocasión para confirmar mi llamado como “Puente”. He sido tocada por el poder de Su Espíritu Santo a quien defiendo con todo mi corazón y doy testimonio y fe de Su existencia. He sido siempre impulsada a escribir mensajes reconfortantes que el Señor me va dictando en el corazón con Su guía preciosa que va de Espíritu a espíritu, para compartir con personas que anhelan encontrarse con El, lograr la redención, permanecer en El, servirlo y para que se llenen de gozo y fortaleza interior.
Jesús dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
El mayor anhelo de Dios es una humanidad pecadora redimida (rescatada y comprada por precio de sangre), lavada por la sangre de Jesús por medio del arrepentimiento de pecados. Somos más de seis mil millones de individuos que vivimos en el planeta Tierra. Dios anhela tocar a todos y a cada uno de los individuos con Su Espíritu Santo.
“Dios ama al mundo de tal manera que ha dado a Su Hijo Unigénito para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Es todo un desafio lograr que tantos millones de seres humanos estén unidos en un mismo sentir. El Señor puso en el corazón del apóstol Pablo este gran sueño hace dos mil años y el apóstol lo plasmó en algunas de las 13 cartas que él escribió y que conforman parte del Nuevo Testamento.
Dedicado a todas aquellas personas que anhelen tener encuentros reales y personales con Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, quien se me ha revelado en sueños, me ha llamado para conocerlo y aceptarlo en primera instancia y luego, para hacerme sierva suya, y quien día a día me va capacitando para llevar Su Palabra a toda criatura que desee escuchar mensajes de Dios, en cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).
Hace ya muchos años, cuando fui llamada por Jesús en forma inesperada, experimenté una real transformación y revolución dentro de mi ser. Me fui convirtiendo en forma paulatina en una nueva criatura, conforme a Su voluntad:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2º Corintios 5:17).
Jesús me ha hablado en sueños en una ocasión para confirmar mi llamado como “Puente”. He sido tocada por el poder de Su Espíritu Santo a quien defiendo con todo mi corazón y doy testimonio y fe de Su existencia. He sido siempre impulsada a escribir mensajes reconfortantes que el Señor me va dictando en el corazón con Su guía preciosa que va de Espíritu a espíritu, para compartir con personas que anhelan encontrarse con El, lograr la redención, permanecer en El, servirlo y para que se llenen de gozo y fortaleza interior.
Jesús dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
El mayor anhelo de Dios es una humanidad pecadora redimida (rescatada y comprada por precio de sangre), lavada por la sangre de Jesús por medio del arrepentimiento de pecados. Somos más de seis mil millones de individuos que vivimos en el planeta Tierra. Dios anhela tocar a todos y a cada uno de los individuos con Su Espíritu Santo.
“Dios ama al mundo de tal manera que ha dado a Su Hijo Unigénito para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Es todo un desafio lograr que tantos millones de seres humanos estén unidos en un mismo sentir. El Señor puso en el corazón del apóstol Pablo este gran sueño hace dos mil años y el apóstol lo plasmó en algunas de las 13 cartas que él escribió y que conforman parte del Nuevo Testamento.
En este tiempo, el Señor puso también en mi corazón esta inquietud para compartir: predicar Su Palabra, ya sea en forma escrita u oral a toda criatura que desee leer o escuchar: en principio a los Gentiles, es decir, a los “no Judíos”, porque los Judíos dieron su espalda a Dios en un momento de la historia. Entonces, Dios decidió tratar con los Gentiles (no Judíos) en este “Tiempo de la Gracia”: desde hace dos mil años hasta el presente. Esto no implica que no se puede predicar a los Judíos que aún no hayan aceptado a Jesús, puesto que Israel es la raíz del evangelio y de allí proviene la Palabra de Dios. Tanto Judíos como Gentiles siempre tienen la oportunidad de recibir a Cristo en este “Tiempo de la Gracia”.
Pero veamos la advertencia de Jesús en la siguiente cita bíblica que fundamenta lo expresado anteriormente:
“El Reino de Dios será quitado de vosotros (Israel) y será dado a gente que produzca los frutos de él" (Gentiles convertidos al cristianismo, quienes permanecen en Cristo Jesús) (Mateo 21:43).
Actualmente, existe cantidad de gente que no cree en nada y no puede ver el Reino de Dios porque le falta información de Su Palabra. El apóstol Pablo realizó una obra magnífica en su época:
Pero veamos la advertencia de Jesús en la siguiente cita bíblica que fundamenta lo expresado anteriormente:
“El Reino de Dios será quitado de vosotros (Israel) y será dado a gente que produzca los frutos de él" (Gentiles convertidos al cristianismo, quienes permanecen en Cristo Jesús) (Mateo 21:43).
Actualmente, existe cantidad de gente que no cree en nada y no puede ver el Reino de Dios porque le falta información de Su Palabra. El apóstol Pablo realizó una obra magnífica en su época:
"Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los Gentiles" (Hechos 22:21).
Pero es aún el tiempo de los Gentiles para volverse a Cristo y permanecer en El, conforme a lo establecido por Dios, hasta que entre la plenitud de los Gentiles calculada por Dios en Su perfecto plan y luego la Iglesia del Señor será llamada a Su Presencia y se terminará el “Tiempo de la Gracia” (1º Tesalonicenses 4:16-17).
Posteriormente, Dios volverá a tratar con Israel para salvación, Su pueblo pionero amado, durante el “Tiempo de la Gran Tribulación”, tal como está establecido en las Sagradas Escrituras (Romanos 11:25-28).
Cabe destacar que tanto los Gentiles como los Judíos que van recibiendo a Cristo en su corazón en este Tiempo de la Gracia son llamados cristianos y nuevas criaturas redimidas por gracia de Dios. De esta manera, nos convertimos en hijos de Dios ¿Qué es la gracia de Dios? Se trata de un beneficio a favor nuestro, absolutamente no merecido por nosotros. La gracia se derrama, se manifiesta y está en nosotros recibirla o no!!!
¿Somos realmente cristianos? ¿Conocemos bien a Dios y a Su Palabra?
En lo que a mi respecta, yo comencé a conocer bien a Dios cuando se me reveló y comenzó a pedirme servicio. En el servicio lo conozco más, El se agrada más y se me revela cada vez más de diferentes maneras, siempre guiándome en Sus propósitos con mi vida.
El apóstol Pablo cita en Romanos 15:5-6
“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.
Posteriormente, Dios volverá a tratar con Israel para salvación, Su pueblo pionero amado, durante el “Tiempo de la Gran Tribulación”, tal como está establecido en las Sagradas Escrituras (Romanos 11:25-28).
Cabe destacar que tanto los Gentiles como los Judíos que van recibiendo a Cristo en su corazón en este Tiempo de la Gracia son llamados cristianos y nuevas criaturas redimidas por gracia de Dios. De esta manera, nos convertimos en hijos de Dios ¿Qué es la gracia de Dios? Se trata de un beneficio a favor nuestro, absolutamente no merecido por nosotros. La gracia se derrama, se manifiesta y está en nosotros recibirla o no!!!
¿Somos realmente cristianos? ¿Conocemos bien a Dios y a Su Palabra?
En lo que a mi respecta, yo comencé a conocer bien a Dios cuando se me reveló y comenzó a pedirme servicio. En el servicio lo conozco más, El se agrada más y se me revela cada vez más de diferentes maneras, siempre guiándome en Sus propósitos con mi vida.
El apóstol Pablo cita en Romanos 15:5-6
“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.
1º Corintios 1:10 dice:
“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.
Filipenses 1:27 establece:
“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio”.
Filipenses 2:2 afirma:
"Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa”.
Filipenses 2:5 dice:
“Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”.
Filipenses 3:15-16 establece: “Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa”.
Filipenses 4:2 señala:
“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor”.
Este “Sentir” al que se refiere el apóstol Pablo en varias citas bíblicas, es un milagro de Dios que sólo lo reciben aquellas personas que abren su corazón sincero a El. El entra a los corazones abiertos y mora en ellos por siempre y se comienza a entender y a percibir el “mismo sentir”. De esta manera se comienza a tener comunión en Dios de manera fluida por medio de Jesucristo, el Mediador del Nuevo Pacto (Hebreos 12:24).
El apóstol Pablo dice algo muy interesante en 1º Corintios 2:14
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente”.
Efesios 1:17-18 establece:
“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación, en el conocimiento de El, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que El os ha llamado y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.
El objetivo mayor de nuestro Padre Celestial es que la humanidad entera estuviera en un “mismo sentir” para que El estuviese en condiciones de llevar a Su Iglesia (corazones fieles convertidos- muertos en Cristo y vivos transformados que hayan aceptado a Jesús) a Su Presencia. Esto es un enorme llamado de atención para que la humanidad se vuelva a Cristo y permanezca en El, aunque ya está establecido, conforme a las profecías bíblicas, que cuando el Señor venga a buscar a Su Iglesia, muchísimas personas quedarán excluidas debido a desobediencia, rebeldía e incredulidad.
El siguiente es un consejo de Dios:
“No seas tú quien quede excluido y nunca puedas entrar a mi reino eterno de paz, gozo, amor y justicia”.
Veamos estas alarmantes citas bíblicas:
"Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" (1º Tesalonicenses 5:2-3)
Esta es nuestra advertencia: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquél día os sorprenda como ladrón” (1º Tesalonicenses 5:4)
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1º Tesalonicenses 5:6).
No obstante esta exclusión de desobedientes por parte del Señor, los siervos de Dios debemos seguir trabajando en el cumplimiento de la Gran Comisión hasta que suene la trompeta de Dios (Mateo 28:19-20 - 1º Tesalonicenses 4:16-17).
Veamos:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11)
Todos los hombres tienen la posibilidad de recibir la salvación eterna de su alma y posterior cuerpo glorificado y de incorrupción como el del Señor Jesús por medio de la gracia de Dios que se derrama en abundancia.
“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.
Filipenses 1:27 establece:
“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio”.
Filipenses 2:2 afirma:
"Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa”.
Filipenses 2:5 dice:
“Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”.
Filipenses 3:15-16 establece: “Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa”.
Filipenses 4:2 señala:
“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor”.
Este “Sentir” al que se refiere el apóstol Pablo en varias citas bíblicas, es un milagro de Dios que sólo lo reciben aquellas personas que abren su corazón sincero a El. El entra a los corazones abiertos y mora en ellos por siempre y se comienza a entender y a percibir el “mismo sentir”. De esta manera se comienza a tener comunión en Dios de manera fluida por medio de Jesucristo, el Mediador del Nuevo Pacto (Hebreos 12:24).
El apóstol Pablo dice algo muy interesante en 1º Corintios 2:14
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente”.
Efesios 1:17-18 establece:
“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación, en el conocimiento de El, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que El os ha llamado y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.
El objetivo mayor de nuestro Padre Celestial es que la humanidad entera estuviera en un “mismo sentir” para que El estuviese en condiciones de llevar a Su Iglesia (corazones fieles convertidos- muertos en Cristo y vivos transformados que hayan aceptado a Jesús) a Su Presencia. Esto es un enorme llamado de atención para que la humanidad se vuelva a Cristo y permanezca en El, aunque ya está establecido, conforme a las profecías bíblicas, que cuando el Señor venga a buscar a Su Iglesia, muchísimas personas quedarán excluidas debido a desobediencia, rebeldía e incredulidad.
El siguiente es un consejo de Dios:
“No seas tú quien quede excluido y nunca puedas entrar a mi reino eterno de paz, gozo, amor y justicia”.
Veamos estas alarmantes citas bíblicas:
"Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" (1º Tesalonicenses 5:2-3)
Esta es nuestra advertencia: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquél día os sorprenda como ladrón” (1º Tesalonicenses 5:4)
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1º Tesalonicenses 5:6).
No obstante esta exclusión de desobedientes por parte del Señor, los siervos de Dios debemos seguir trabajando en el cumplimiento de la Gran Comisión hasta que suene la trompeta de Dios (Mateo 28:19-20 - 1º Tesalonicenses 4:16-17).
Veamos:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11)
Todos los hombres tienen la posibilidad de recibir la salvación eterna de su alma y posterior cuerpo glorificado y de incorrupción como el del Señor Jesús por medio de la gracia de Dios que se derrama en abundancia.
"Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: sorbida es la muerte en victoria" (1º Corintios 15:54)
Pero Dios le ha dado a la humanidad el libre albedrío para decidir. Está en cada individuo aceptar a Jesús como Salvador, pedir perdón por sus pecados, permanecer en El y seguir día a día a Dios, acatando Su Palabra y Sus mandamientos en Cristo Jesús y serle fiel hasta el fin con el objeto de obtener la salvación eterna (Mateo 10:22).
AMEN!!!
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