SI YO DECIDO CONGREGAR EN UN CENTRO DE REUNION PARA ENCONTRARME CON DIOS, ¿A CUAL DEBO IR?
Por: Gladys Raquel Hernández
En principio, es conveniente haber tenido algún encuentro con Jesucristo a través de la unción derramada por el Espíritu Santo de Dios, antes de decidir dónde congregar, quien es generalmente el que toma la iniciativa para encontrarse con nosotros. Si abrimos nuestro corazón al Espíritu, El morará por siempre dentro nuestro.
Veamos esta cita bíblica:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Jesús claramente dice: “Si alguno oye mi voz”. Esto implica que debemos estar atentos a la voz de Dios que nos habla directamente de Espíritu a espíritu, para comenzar a establecer una relación de amor en El, seguirlo y posteriormente servirlo, conforme a Sus planes y propósitos para cada uno de nosotros.
Los encuentros con el Señor no se tienen solamente y necesariamente dentro de los centros de reunión comúnmente llamados "iglesias" (si consideramos la estructura o complejo edilicio), puesto que todos y cada uno de nosotros constituimos la iglesia del Señor donde quiera que vayamos. Los encuentros pueden producirse en algún otro lugar, en nuestro hogar, por ejemplo, a través de sueños y visiones o de la manera que el Señor estipule y crea conveniente ya que El es multiforme y totalmente creativo en las maneras de buscarnos para relacionarse con nosotros.
“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia” (Efesios 3:10).
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1º Pedro 4:10).
Veamos las siguientes citas bíblicas donde el profeta Joel profetizó acerca de los acontecimientos que ocurrirán en los postreros tiempos que estamos viviendo en este tiempo:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2:28-29).
Dios nos puede llamar en cualquier momento y en cualquier lugar para aceptar a Jesús como salvador y eventualmente para pedirnos servicio en algún ministerio, conforme a los propósitos que tiene con nuestras vidas. Si no hemos tenido ningún encuentro con el Señor y alguien nos invita a participar de alguna reunión, lo conveniente es cerciorarse seriamente acerca de qué congregación se trata, ya que hay sectas y religiones establecidas que no condicen con la “sana doctrina” de Jesucristo. Por lo tanto, es necesario evitarlas.
Veamos estas citas:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la “sana doctrina”, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2º Timoteo 4:3-4).
“La ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la “sana doctrina” (1º Timoteo 1:9-10).
La palabra “doctrina” se refiere a qué entiendo yo acerca de alguna cosa. La “doctrina de Jesucristo” o “sana doctrina” se refiere a que Jesús es el Hijo de Dios, Su imagen visible, quien se humanizó y dio Su vida por todos nosotros, para el perdón de nuestros pecados por total gracia de Dios, y quien nos promete vida eterna si lo aceptamos como nuestro salvador en forma personal y si confesamos nuestras faltas y pecados.
Es decir, conforme a la “sana doctrina”, nos confesamos pecadores y reconocemos que necesitamos un salvador que dio su vida en expiación por nuestros pecados: Jesucristo, sin el cual, no podríamos tener comunión en el Padre, pues la relación se había roto en el Huerto del Edén por pura desobediencia del ser humano (Génesis 3:23-24).
Asimismo, la sana doctrina de Jesucristo no permite desviarnos hacia fábulas (cuentos fantasiosos). La fantasía es una mentira y si permanecemos fiel en el Señor, El se encargará de mantenernos firmes en Su “sana doctrina” por medio de Su Espíritu Santo, quien se revela a la consciencia y al entendimiento de cada individuo que abra su corazón a El.
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2º Juan 1:9).
Jesús dijo:
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5).
Lo ideal es orar a Dios con fervor para que El a través del toque de Su Santo Espíritu, se revele a nuestras vidas y nos vaya guiando en Sus propósitos. Lo más probable es que a través de la oración que tiene poder y es sumamente efectiva, el Señor ponga en nuestro camino a agentes humanos acordes y demás circunstancias que nos allanará el camino hacia El. Estos agentes humanos y las circunstancias creadas por Dios harán que nosotros podamos descubrir no solamente el centro de reunión en el que debemos congregar, sino que también el Espíritu Santo nos sorprenderá con dones y un futuro trabajo de servicio a Dios que nos llenará de gozo el alma.
Además de desarrollar fe, es necesario desarrollar paciencia, mansedumbre y templanza, que son algunos de los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23) para saber esperar en los tiempos de Dios y esto algunas veces demanda tiempo. Es difícil lograr el equilibrio espiritual para aprender a crecer en los caminos de Dios y lograr una buena madurez espiritual.
Si nos dejamos guiar por Su Santo Espíritu y si somos maleables, obedientes y responsables, podremos desarrollar un buen nivel de fe para llevar a cabo en forma exitosa los designios que ya Dios estableció para cada uno de nosotros desde antes de la fundación del mundo cuando en algún momento de la eternidad pensó en ti y en mí para redimirnos y darnos vida eterna, con Su tierno amor incondicional que se hizo posible con el sacrificio de cruz de nuestro Señor Jesucristo para que tú y yo fuéramos libres!
Veamos las siguientes citas bíblicas donde el apóstol Pablo hace referencia a lo expuesto:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Efesios 1:3-5).
“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso tuyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2º Timoteo 1:8-9).
En cuanto a tu libertad y a la mía, veamos esta promesa:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
“A El sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos” (Efesios 3:21).
AMEN!!!
Veamos esta cita bíblica:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Jesús claramente dice: “Si alguno oye mi voz”. Esto implica que debemos estar atentos a la voz de Dios que nos habla directamente de Espíritu a espíritu, para comenzar a establecer una relación de amor en El, seguirlo y posteriormente servirlo, conforme a Sus planes y propósitos para cada uno de nosotros.
Los encuentros con el Señor no se tienen solamente y necesariamente dentro de los centros de reunión comúnmente llamados "iglesias" (si consideramos la estructura o complejo edilicio), puesto que todos y cada uno de nosotros constituimos la iglesia del Señor donde quiera que vayamos. Los encuentros pueden producirse en algún otro lugar, en nuestro hogar, por ejemplo, a través de sueños y visiones o de la manera que el Señor estipule y crea conveniente ya que El es multiforme y totalmente creativo en las maneras de buscarnos para relacionarse con nosotros.
“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia” (Efesios 3:10).
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1º Pedro 4:10).
Veamos las siguientes citas bíblicas donde el profeta Joel profetizó acerca de los acontecimientos que ocurrirán en los postreros tiempos que estamos viviendo en este tiempo:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2:28-29).
Dios nos puede llamar en cualquier momento y en cualquier lugar para aceptar a Jesús como salvador y eventualmente para pedirnos servicio en algún ministerio, conforme a los propósitos que tiene con nuestras vidas. Si no hemos tenido ningún encuentro con el Señor y alguien nos invita a participar de alguna reunión, lo conveniente es cerciorarse seriamente acerca de qué congregación se trata, ya que hay sectas y religiones establecidas que no condicen con la “sana doctrina” de Jesucristo. Por lo tanto, es necesario evitarlas.
Veamos estas citas:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la “sana doctrina”, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2º Timoteo 4:3-4).
“La ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la “sana doctrina” (1º Timoteo 1:9-10).
La palabra “doctrina” se refiere a qué entiendo yo acerca de alguna cosa. La “doctrina de Jesucristo” o “sana doctrina” se refiere a que Jesús es el Hijo de Dios, Su imagen visible, quien se humanizó y dio Su vida por todos nosotros, para el perdón de nuestros pecados por total gracia de Dios, y quien nos promete vida eterna si lo aceptamos como nuestro salvador en forma personal y si confesamos nuestras faltas y pecados.
Es decir, conforme a la “sana doctrina”, nos confesamos pecadores y reconocemos que necesitamos un salvador que dio su vida en expiación por nuestros pecados: Jesucristo, sin el cual, no podríamos tener comunión en el Padre, pues la relación se había roto en el Huerto del Edén por pura desobediencia del ser humano (Génesis 3:23-24).
Asimismo, la sana doctrina de Jesucristo no permite desviarnos hacia fábulas (cuentos fantasiosos). La fantasía es una mentira y si permanecemos fiel en el Señor, El se encargará de mantenernos firmes en Su “sana doctrina” por medio de Su Espíritu Santo, quien se revela a la consciencia y al entendimiento de cada individuo que abra su corazón a El.
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2º Juan 1:9).
Jesús dijo:
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5).
Lo ideal es orar a Dios con fervor para que El a través del toque de Su Santo Espíritu, se revele a nuestras vidas y nos vaya guiando en Sus propósitos. Lo más probable es que a través de la oración que tiene poder y es sumamente efectiva, el Señor ponga en nuestro camino a agentes humanos acordes y demás circunstancias que nos allanará el camino hacia El. Estos agentes humanos y las circunstancias creadas por Dios harán que nosotros podamos descubrir no solamente el centro de reunión en el que debemos congregar, sino que también el Espíritu Santo nos sorprenderá con dones y un futuro trabajo de servicio a Dios que nos llenará de gozo el alma.
Además de desarrollar fe, es necesario desarrollar paciencia, mansedumbre y templanza, que son algunos de los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23) para saber esperar en los tiempos de Dios y esto algunas veces demanda tiempo. Es difícil lograr el equilibrio espiritual para aprender a crecer en los caminos de Dios y lograr una buena madurez espiritual.
Si nos dejamos guiar por Su Santo Espíritu y si somos maleables, obedientes y responsables, podremos desarrollar un buen nivel de fe para llevar a cabo en forma exitosa los designios que ya Dios estableció para cada uno de nosotros desde antes de la fundación del mundo cuando en algún momento de la eternidad pensó en ti y en mí para redimirnos y darnos vida eterna, con Su tierno amor incondicional que se hizo posible con el sacrificio de cruz de nuestro Señor Jesucristo para que tú y yo fuéramos libres!
Veamos las siguientes citas bíblicas donde el apóstol Pablo hace referencia a lo expuesto:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Efesios 1:3-5).
“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso tuyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2º Timoteo 1:8-9).
En cuanto a tu libertad y a la mía, veamos esta promesa:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
“A El sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos” (Efesios 3:21).
AMEN!!!
3 comentarios:
teniendo fe en DIOS no importa a cual religion o iglecia asistir lo importante es seguir los caminos de DIOS
lA IGLESIA DONDE SE PREDICA DE CRISTO ES LA VERDADERA,NO CAYENDO EN EL LEGALISMO QUE HACE TROPEZAR AL CRISTIANO, NI EN EL LIBERALISMO DE ESTOS DÍAS.
DIOS LOS BENDIGA
DIOS CONTINUE USANDO SU TALENTO COMO ESCRITORA ES DE GRAN BENDICION Y AYUDA PARA TODOS AQUELLOS QUE ACCESAMOS A SU SITIO,DESDE ENERO DEL 2012 YO TAMBIEN ESCRIBIRE EN MI PAGINA DE FACEBOOK ACERCA DE NUESTRO GRAN DIOS Y PADRE DE NUESTRO SALVADOR JESUCRISTO,PARA ALCANZAR A TODOS LOS QUE ESTEN DESTINADOS A GOZAR POR LA ETERNIDAD EN SU GLORIA,EN SU VENIDA Y EN SU REINO ETERNO,CON AMOR:SAUL ALONZO.
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