jueves, 25 de septiembre de 2008

La Gracia de Dios...


LA GRACIA DE DIOS: ¿UN REGALO CAIDO DEL CIELO.... O LA GANO DÍA A DÍA CON MI PERSEVERANCIA Y CORAZÓN DISPUESTO?


Por: Gladys Raquel Hernández







La gracia de Dios ha sido derramada en abundancia sobre la humanidad que desee encontrarse con su Creador desde la ascensión de Jesucristo a los cielos hasta la actualidad y terminará con el arrebatamiento de la iglesia del Señor (muertos en Cristo resucitados y vivos transformados) la cual será llevada a Su presencia en cualquier momento de aquí en adelante conforme a las profecías bíblicas (1º Tesalonicenses 4:16-17). Quien desee aceptar a Jesucristo como su único salvador y pida perdón por sus pecados, puede hacerlo en este tiempo, y la gracia es derramada sin reproche alguno sobre esa persona. Es decir, la gracia es un regalo de Dios no merecido por nosotros y como Dios es bueno, (Salmo 107:1) El quiere redimirnos y darnos vida eterna, ya que Jesús pagó un alto precio: su cruel muerte de cruz con tal objetivo, para no pasar la eternidad en el lago que arde con fuego y azufre (Apocalipsis 21:8), pues estamos todos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

Veamos las siguientes citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:

"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con El nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:4-10).

“Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día. Y que se predicase en Su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:46-47).

Ahora, veamos la plenitud de vida en Cristo que gozamos:

"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en El, que es la cabeza de todo principado y potestad" (Colosenses 2:8-10).

Ahora bien, ¿cuántos años de vida tengo desde que recibo a Jesús en mi corazón? ¿Cuántos días de mi vida para que esa gracia derramada me cubra en tiempos de prueba, de angustia y de dificultad? ¿Me alcanza la gracia de Dios? ¿Soporto las pruebas aunque la gracia de Jesús me cubra, me proteja y me avale todos los días de mi vida?

En una ocasión el apóstol Pablo le dijo al Señor mientras llevaba a cabo su maravilloso y gran ministerio de evangelización a los gentiles (no judíos), que ya no soportaba más un aguijón en su carne, (se trataba de un mensajero de Satanás: ataques, pruebas y guerras espirituales).

Veamos esta cita:
"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí" (2º Corintios 12:7-8).

Y el Señor le respondió:

- “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2º Corintios 12:9).

¿Qué interesante la respuesta que le dio Jesús, verdad?. El quiso decir que cuántos más ataques, luchas y pruebas tengamos, nos sentiremos debilitados; de esta manera, permitiremos que repose en nosotros el poder de Cristo y nos fortalezca; entonces, al permitir que Cristo viva en nosotros, más humildes y obedientes seremos; y nuestro servicio a Dios dará mejor resultado y fruto.

Veamos la reflexión que hace el apóstol:
“Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2º Corintios 12:9-10).

Es decir, la idea es que cuánto más débil soy, más permitiré que muera mi “yo” y que el Espíritu de Cristo viva y gobierne en mí, entonces seré fuerte en el Señor!!! (Gálatas 2:20).

Veamos estas citas bíblicas y reflexionemos:
“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1º Pedro 2:20-21).

Ahora, veamos esta otra cita bíblica:

"Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús" (2º Timoteo 2:1).

La vida cristiana es difícil y requiere de una cierta maduración espiritual para soportar y afrontar las pruebas y dificultades de la vida en paz, para amar y temer a Dios a pesar de las adversidades.

En resumen, el Señor nos dice:
- Bástate mi gracia, mi amor, mi misericordia, la salvación de tu alma, y tu cuerpo incorruptible que obtendrás si perseveras hasta el fin de tu vida (1º Corintios 15:52-53 - Mateo 24:13).

La carrera cristiana es una ardua pero bella tarea que merece y vale la pena transitar en esta vida terrenal, que se construye día a día por total gracia de Dios, perseverando hasta el fin de nuestra vida;
entonces sí, seremos salvos!!! (Mateo 24:13).

AMEN!!!

No hay comentarios: