lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Quién es Dios? ¿Existe Realmente?


¿QUIÉN ES DIOS? ¿EXISTE REALMENTE?






Por: Gladys Raquel Hernández




Dios existe realmente pues se ha revelado a diferentes agentes humanos del pueblo Judío, Su pueblo pionero amado, a lo largo de la historia quienes han dejado testamentos escritos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que conforman las Sagradas Escrituras: La Biblia.

Si ellos no hubiesen recibido revelación directa por parte del Creador, no hubiesen escrito nada y por lo tanto no tendríamos idea de Su existencia. Estos agentes humanos, profetas y santos hombres de Dios recibieron inspiración divina revelada directamente a la conciencia y al entendimiento para escribir, y en algunas ocasiones tuvieron encuentros con Dios cara a cara y/o escucharon de manera audible la voz de Dios.

Veamos algunas citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:

“Cara a cara habló el Señor Dios con nosotros en el monte de en medio del fuego” (Deuteronomio 5:4).

“Viendo el Señor que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: - ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: - Heme aquí. Y dijo: No te acerques, quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: - Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro porque tuvo miedo de mirar a Dios” (Exodo 3:4-6).
“El Señor Dios llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí” (1º Samuel 3:4).

El nombre de Dios en hebreo es impronunciable (YHWH) , pues Su nombre es santo.

Veamos que interesante respuesta le brinda el Señor Dios a Moisés cuando éste es llamado a liberar al pueblo hebreo de los egipcios, quienes los tenían cautivos como esclavos:

“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es Su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” (Exodo 3:13-14).

Dios es un Dios trino y se manifiesta en la persona del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los tres constituyen una unidad: son coexistentes, infinitos y eternos. Los tres fueron activos en la obra de la creación (Génesis 1:26) y son igualmente activos en la obra de la redención. Dios Padre propuso y planeó la creación. Dios el Hijo hizo posible mediante el sacrificio de cruz la realización del eterno plan de Dios. El Espíritu Santo es el poder de la trinidad. Su poder levantó a Jesús de entre los muertos y ese poder sigue aún hoy fluyendo en nuestras vidas, sanando nuestros cuerpos, restaurando, limpiando, purificando y santificando.

Por lo tanto, Dios se sigue revelando a nuestras vidas por medio de Su Espíritu Santo que convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8), repartiendo dones y ministerios conforme a Su soberana voluntad (1º Corintios 12:11). Se trata de un sentir interior que cada individuo percibirá al abrir su corazón sincero a Dios, reconociéndose débil, pecador, sediento y necesitado de su Creador.

El cristiano que ha tenido revelación por parte de Dios y que mantiene diariamente comunión en El por medio de la oración, escucha a Dios de espíritu a espíritu. Dios no es tangible: El es perfecto. El va directamente a nuestro espíritu y nosotros sabemos cuando El nos habla. Cuando El nos habla, comenzamos a entender a Dios.

Existen muchos atributos de Dios registrados en la Biblia. Veamos algunos de ellos:

Dios es un ser todopoderoso:

El es omnipresente: Está en todas partes al mismo tiempo (Proverbios 15:3).
El es omnisciente: Todo lo sabe. Es la sabiduría máxima (Salmo 19:2).
El es omnipotente: El todo lo puede (Números 24:4 y 16).
El es infinito: Es el Alfa y la Omega, el principio y el fin (Salmo 90:2).
El es inmutable: Dios no cambia. Es el mismo por los siglos de los siglos (Santiago 1:17).
El es infalible: Dios no se equivoca (Números 23:19).
El es espíritu, luz y amor: El no es una sustancia material. Todo lo ilumina y ama con amor eterno (Romanos 8:11 – Salmo 90:17 – Juan 3:16).
El es invisible, insondable e inmenso: No es posible verlo. No se puede comprender la totalidad de lo que Dios es y excede todo tamaño imaginable ( Juan 16:28 – Salmo 68:33 – Isaías 40:22).
El es santo, justo y perfecto: Es totalmente puro. Es recto e insuperablemente exacto (Salmo 22:3 – Isaías 45:19 – Salmo 19:7).
El es incorruptible, verdadero y fiel: No es posible sobornar a Dios. En El no hay mentira ni falsedad y es leal a Sí mismo (Romanos 1:23 - Salmo 25:5 - Salmo 33:4).
El es bueno, compasivo y misericordioso: El siempre manifiesta Su generosidad. Es de carácter piadoso y clemente y es sensible a las necesidades humanas (Salmo 34:8 – Juan 11:33 – Salmo 90:14).

Existen muchos más atributos acerca de Dios registrados en la Biblia. Estos son algunos de ellos para que con un corazón abierto y dispuesto podamos gozar y disfrutar de Su magnificencia y contemplar la majestuosidad de Su grandeza y de Su perfección.

A El sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos! (1º Pedro 5:11)

AMEN!!!

viernes, 26 de septiembre de 2008

Jesús, Mi Amo, Mi Señor, Mi Jefe


JESÚS: MI AMO, MI SEÑOR, MI JEFE









Por: Gladys Raquel Hernández





¿A cuántas personas les gustaría tener como empleador a un empresario multimillonario como el Señor Bill Gates?

Un sueño casi imposible, ¿verdad?Es cierto que este gran empresario internacional tiene un gran número de personas que trabajan en su enorme empresa, pero se trata de un número mínimo de gente comparado con los millones de habitantes que habitan el planeta, ¿cierto?

Muchas personas quisieran estar relacionadas con gente importante (VIP) para tener acceso a buenos cargos laborales, altos ingresos y vivir una buena vida ¿verdad?.

A todos nos gusta estar bien: gozar de un buen nivel económico, buena salud, dar y recibir amor en la familia. Pero muchas veces, a pesar de esto que es muy bueno para nuestras vidas, sentimos un gran vacío dentro nuestro y generalmente no lo podemos explicar. ¿Qué es lo que nos sucede?

Cuando nos encontramos con Cristo y permanecemos en El, comenzamos a sentir y a vivenciar que El es quien empieza a llenar ese gran vacío del alma con Su amor, Su paz y Su gozo. El Señor es quien llena el hueco del alma. El hueco del alma tiene forma de Dios, ya que tan sólo El, a través de Su Santo Espíritu, puede llenar ese lugar. Nuestras almas son nuestro verdadero “yo” (mente, pensamientos, intelecto, emociones y sentimientos) y las mismas han sido creadas y depositadas en nuestros cuerpos por Dios, por lo tanto le pertenecen.

Esa pertenencia de nuestras almas por parte de nuestro Creador, hace que en algún momento de nuestras vidas, nosotros comencemos a sentir que lo necesitamos, que lo anhelamos, que tenemos sed de El. Entonces comenzamos a depender de nuestro buen Dios, rindiéndonos a El de todo corazón, pues las almas actúan como un imán y siempre buscan encontrarse con su Creador y Padre Celestial.

De este modo, comenzamos a descubrir que Jesús es nuestro amo, nuestro Señor, nuestro dueño... y si nos dejamos guiar por Su Espíritu Santo, si nos rendimos enteramente a El y comenzamos a seguirlo y a servirlo, descubrimos con mucho amor que El es el mejor jefe que podemos tener: Un rey todopoderoso y eterno, que habita en un cuerpo glorificado, que nos ha prometido un cuerpo eterno como en el que El habita (1º Corintios 15:52-53), que nos va a guiar siempre, nos va a dar capacitación y trabajo a lo largo de nuestras vidas y nos pagará con creces todo nuestro esfuerzo diario para ayudar a establecer Su Reino aquí en la tierra.

Veamos la siguiente cita bíblica:
“Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó , recibirá recompensa” (1º Corintios 3:14).

Además, tenemos la bella promesa de que Dios nos ama con amor eterno y nos promete vida eterna!!! (Jeremías 31:3 – Juan 12:49-50).

AMEN!!!

Si Yo Decido Congregar ¿Dónde Debo Ir?


SI YO DECIDO CONGREGAR EN UN CENTRO DE REUNION PARA ENCONTRARME CON DIOS, ¿A CUAL DEBO IR?



Por: Gladys Raquel Hernández






En principio, es conveniente haber tenido algún encuentro con Jesucristo a través de la unción derramada por el Espíritu Santo de Dios, antes de decidir dónde congregar, quien es generalmente el que toma la iniciativa para encontrarse con nosotros. Si abrimos nuestro corazón al Espíritu, El morará por siempre dentro nuestro.

Veamos esta cita bíblica:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Jesús claramente dice: “Si alguno oye mi voz”. Esto implica que debemos estar atentos a la voz de Dios que nos habla directamente de Espíritu a espíritu, para comenzar a establecer una relación de amor en El, seguirlo y posteriormente servirlo, conforme a Sus planes y propósitos para cada uno de nosotros.

Los encuentros con el Señor no se tienen solamente y necesariamente dentro de los centros de reunión comúnmente llamados "iglesias" (si consideramos la estructura o complejo edilicio), puesto que todos y cada uno de nosotros constituimos la iglesia del Señor donde quiera que vayamos. Los encuentros pueden producirse en algún otro lugar, en nuestro hogar, por ejemplo, a través de sueños y visiones o de la manera que el Señor estipule y crea conveniente ya que El es multiforme y totalmente creativo en las maneras de buscarnos para relacionarse con nosotros.

“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia” (Efesios 3:10).
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1º Pedro 4:10).

Veamos las siguientes citas bíblicas donde el profeta Joel profetizó acerca de los acontecimientos que ocurrirán en los postreros tiempos que estamos viviendo en este tiempo:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2:28-29).

Dios nos puede llamar en cualquier momento y en cualquier lugar para aceptar a Jesús como salvador y eventualmente para pedirnos servicio en algún ministerio, conforme a los propósitos que tiene con nuestras vidas. Si no hemos tenido ningún encuentro con el Señor y alguien nos invita a participar de alguna reunión, lo conveniente es cerciorarse seriamente acerca de qué congregación se trata, ya que hay sectas y religiones establecidas que no condicen con la “sana doctrina” de Jesucristo. Por lo tanto, es necesario evitarlas.

Veamos estas citas:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la “sana doctrina”, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2º Timoteo 4:3-4).

“La ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la “sana doctrina” (1º Timoteo 1:9-10).

La palabra “doctrina” se refiere a qué entiendo yo acerca de alguna cosa. La “doctrina de Jesucristo” o “sana doctrina” se refiere a que Jesús es el Hijo de Dios, Su imagen visible, quien se humanizó y dio Su vida por todos nosotros, para el perdón de nuestros pecados por total gracia de Dios, y quien nos promete vida eterna si lo aceptamos como nuestro salvador en forma personal y si confesamos nuestras faltas y pecados.

Es decir, conforme a la “sana doctrina”, nos confesamos pecadores y reconocemos que necesitamos un salvador que dio su vida en expiación por nuestros pecados: Jesucristo, sin el cual, no podríamos tener comunión en el Padre, pues la relación se había roto en el Huerto del Edén por pura desobediencia del ser humano (Génesis 3:23-24).

Asimismo, la sana doctrina de Jesucristo no permite desviarnos hacia fábulas (cuentos fantasiosos). La fantasía es una mentira y si permanecemos fiel en el Señor, El se encargará de mantenernos firmes en Su “sana doctrina” por medio de Su Espíritu Santo, quien se revela a la consciencia y al entendimiento de cada individuo que abra su corazón a El.

“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2º Juan 1:9).

Jesús dijo:

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5).

Lo ideal es orar a Dios con fervor para que El a través del toque de Su Santo Espíritu, se revele a nuestras vidas y nos vaya guiando en Sus propósitos. Lo más probable es que a través de la oración que tiene poder y es sumamente efectiva, el Señor ponga en nuestro camino a agentes humanos acordes y demás circunstancias que nos allanará el camino hacia El. Estos agentes humanos y las circunstancias creadas por Dios harán que nosotros podamos descubrir no solamente el centro de reunión en el que debemos congregar, sino que también el Espíritu Santo nos sorprenderá con dones y un futuro trabajo de servicio a Dios que nos llenará de gozo el alma.

Además de desarrollar fe, es necesario desarrollar paciencia, mansedumbre y templanza, que son algunos de los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23) para saber esperar en los tiempos de Dios y esto algunas veces demanda tiempo. Es difícil lograr el equilibrio espiritual para aprender a crecer en los caminos de Dios y lograr una buena madurez espiritual.

Si nos dejamos guiar por Su Santo Espíritu y si somos maleables, obedientes y responsables, podremos desarrollar un buen nivel de fe para llevar a cabo en forma exitosa los designios que ya Dios estableció para cada uno de nosotros desde antes de la fundación del mundo cuando en algún momento de la eternidad pensó en ti y en mí para redimirnos y darnos vida eterna, con Su tierno amor incondicional que se hizo posible con el sacrificio de cruz de nuestro Señor Jesucristo para que tú y yo fuéramos libres!

Veamos las siguientes citas bíblicas donde el apóstol Pablo hace referencia a lo expuesto:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Efesios 1:3-5).

“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso tuyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2º Timoteo 1:8-9).

En cuanto a tu libertad y a la mía, veamos esta promesa:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

A El sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos” (Efesios 3:21).
AMEN!!!

Parábola del Sembrador




PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

(Mateo 13:1-23 – Marcos 4:1-20 – Lucas 8:4-15)
Por: Gladys Raquel Hernández



Jesús solía hablarle a Sus discípulos y a las grandes multitudes que se reunían a oírlo, por medio de parábolas. Los discípulos solían no entenderlo y Jesús les explicaba de forma más sencilla lo que había querido decir, aduciendo que tan sólo a ellos les era dado a conocer los misterios del reino de Dios.Jesús les habló diciendo: “He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron” (Mateo 13:3-4). Esto significa que: “Cuando alguno oye la Palabra del reino y no la entiende, viene el malo (Satanás: el adversario u opositor), y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (Mateo 13:19).

“Parte (de la semilla) cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó” (Mateo 13:5-6). Esto significa que: “El que oye la Palabra, al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la Palabra, luego tropieza” (Mateo 13:20-21).

“Y parte (de la semilla) cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron” (Mateo 13:7). Esto significa que: “Este es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 13:22).

“Pero parte (de la semilla) cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a setenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:8-9). Esto significa que: “El que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la Palabra y da fruto; y produce a ciento, a setenta y a treinta por uno” (Mateo 13:23).

Jesús explicó esta parábola muy claramente a Sus discípulos y la misma se hace extensiva a todos nosotros para que podamos reflejar nuestra vida en ella. Cabe destacar que toda la raza humana de todos los tiempos se encuentra incluida en estos cuatro grupos. Aunque Jesús les habló a Sus discípulos en esa ocasión, todas Sus enseñanzas se ajustan perfectamente a toda la humanidad de todos los tiempos, y aunque El vino en forma cronológica a la tierra hace un poco más de dos mil años, sus enseñanzas van dirigidas a todos nosotros, no importa a que clase social pertenezcamos.

Jesús aspira, desea y anhela que pertenezcamos al cuarto grupo, es decir, la semilla que cae en buena tierra y da fruto. El dijo que hablaba por parábolas porque la gente viendo no ve y oyendo no oye, ni entiende (Mateo 13:13).

Una cosa es oír y otra cosa es entender. Es decir, cuando uno oye la Palabra, puede no entenderla porque no se encuentra preparado para recibirla, porque no está bien guiado y porque necesita algún maestro o siervo de Dios que le explique con revelación de Dios el significado de la misma. Asimismo, el orgullo, la soberbia, la dureza de corazón y la arrogancia del individuo hacen que el mismo no se interese por la Palabra, pase por alto la sabiduría de Dios y se pierda las bendiciones que Dios tiene preparadas para él.

Veamos estas interesantes citas bíblicas donde el profeta Isaías dijo:
“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado. Y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane” (Mateo 13:14-15).

A través de la presente cita bíblica podemos ver que el Señor nos pide que abramos el corazón sincero a El, puesto que con el corazón abierto, se comienzan a discernir las cosas espirituales y se comienza a ver y entender el reino de Dios.

El sistema del mundo, la idolatría, el afán y las riquezas, los placeres, el orgullo, la vanidad y la soberbia, entre otros, nos han apartado de Dios. Hemos sido cegados espiritualmente por un sistema mundano y perverso al que el ser humano mismo ha dado lugar cuando decidió desobedecer a Dios en el Huerto del Edén.

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3:6).

Dios resiste este sistema mundano y perverso y ama la humildad de corazón que habla de El y de Su esencia.

“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29).

Asimismo, las distintas religiones, denominaciones y sectas nos han apartado de Dios, en vez de acercarnos a El. La tradición de la Palabra le ha quitado efecto al verdadero valor de la misma y a sus raíces: Israel.
No se puede comprender la Palabra de Dios si no se recurre a la fuente: Israel, raíz del evangelio. Tu verdadera conversión al cristianismo tendrá lugar cuando hayas conocido la fuente, las raíces judías y cuando hayas entendido la sana doctrina de Jesucristo y permanezcas en El (Juan 15:4-5). El era judío y de allí viene tu salvación y la mía.

Veamos la siguiente cita bíblica:
“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos” (Juan 4:22).

Si eres humilde de corazón, el Espíritu Santo te revelará esta verdad y si aceptas de corazón a Jesucristo y te reconoces pecador, tienes asegurada tu salvación, perseverando hasta el fin en tu nuevo camino elegido.

Podemos concluir reflexionando con las siguientes citas bíblicas:
“Buscad al Señor mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6).

“Si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1º Juan 1:7).
AMEN!!!

¿Quién es El Príncipe de Este Mundo?


¿QUIÉN ES EL PRINCIPE DE ESTE MUNDO?







Por: Gladys Raquel Hernández




"Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:11-13).

“Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31).
"No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí" (Juan 14:30).
"Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado" (Juan 16:11).

A través de estas citas bíblicas se puede apreciar que existe un opositor, un contrincante y adversario, que se opone a nuestra relación de amor en Dios. Este ser espiritual alguna vez perteneció al ejército de Dios en los cielos y era el querubín protector: el ángel de mayor rango en el reino de Dios, encargado de cuidar a toda la creación de Dios en los cielos. Este ser era perfecto para cumplir su misión, pero tuvo un defecto y cometió un grave error: se envaneció debido a su hermosura y perfección y quiso ocupar el lugar de Dios. Por tal motivo, Dios lo echó de Su monte santo. Este ser espiritual era Lucifer. Lucifer es Satanás, ángel rebelado en contra de Dios y expulsado de Su reino junto con un tercio de ángeles a su favor.

Veamos las citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:

“Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabado de hermosura” (Ezequiel 28:12).
“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas” (Ezequiel 28:14).
“Tú decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13-14).
“A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector”(Ezequiel 28:16).
“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9).

Tanto Satanás como sus secuaces: el resto de los demonios expulsados (ángeles caídos) están llenos de odio y rencor hacia toda la humanidad, a la cual tienta y acecha todo el tiempo pues saben que su destino final será el lago que arde con fuego y azufre del cual no saldrán jamás y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apocalipsis 20:10 y 21:8).

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1º Pedro 5:8-9).

Este destino final también está reservado a todos los seres humanos impíos que se hayan rebelado en contra de Dios, conforme a las profecías bíblicas. Los seres humanos tenemos la misma naturaleza pecadora que Satanás (Apocalipsis 20:13-15).

Sin embargo, nuestro buen Dios, misericordioso por excelencia, nos amó tanto que planeó redimirnos mediante la aceptación de Su Hijo Jesucristo que dio Su vida en expiación por nuestros pecados (Juan 3:16).

Veamos como el ser humano también quiso llegar a Dios por sus medios al intentar construir la torre de Babel, evidenciando el mismo espíritu que Satanás:

“Y dijeron, vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra” (Génesis 11:4).


PERO EL SEÑOR NO LO PERMITIO!.

Veamos estas citas bíblicas:

“Y dijo el Señor Dios: He aquí el pueblo es uno y tienen un solo lenguaje; ahora pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció el Señor desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” (Génesis 11:6-7-8).

Tanto en estas citas bíblicas donde Dios dice: “Descendamos” como cuando dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Génesis 1:26), se puede apreciar la presencia de la Santísima Trinidad obrando en la humanidad, es decir, a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, quienes son coexistentes, infinitos y eternos.

Dios ama al pecador pero aborrece al pecado. Veamos esta cita:

“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6).

Por tal motivo y debido a Su infinito amor, Dios creó al hombre a Su imagen conforme a Su semejanza y lo corrige con absoluta exigencia cuando se equivoca porque Su santidad así lo exige.

Probablemente nos preguntemos por qué Dios decidió condenar a Satanás y perdonar a los seres humanos que aceptan a Jesús como salvador y se arrepienten de sus pecados, si ambos tienen naturaleza pecadora. Si consideramos que Satanás cuando era Lucifer, el querubín protector, vivía en un estado de armonía y felicidad total junto con el resto de los ángeles caídos, un estado que nosotros jamás conocimos, tal vez, Dios en Su justicia, quiera hacer una diferencia y condenar a quienes jamás padecieron dolor, enfermedad, angustia, tristeza, desesperación y desolación de ninguna índole y naturaleza y a pesar de eso, se rebelaron, y redimir a los seres humanos mediante Jesucristo, quienes sí padecemos aflicción.

Veamos ahora las posibilidades del diablo:

- Debilitaba a las naciones (Isaías 14:12).
- Hacía temblar a la tierra (Isaías 14:16).
- Trastornaba los reinos (Isaías 14:16).
- Puso al mundo como un desierto (Isaías 14:17).
- Asoló ciudades (Isaías 14:17).

Algunas características del poder del diablo son:

- Somete a los pecadores bajo su dominio (1º Juan 5:19).
- Aflige a los justos (Job 1:12).

Otras fuentes de aflicción del justo:

a. Provocada por negligencia del hombre (Deuteronomio 9:14).
b. Provocada por Dios mismo (Génesis 22:1-2).

- Ciega el entendimiento de los incrédulos (2º Corintios 4:4).
- Contiende con los santos (Efesios 6:12).
- Obra señales y milagros falsos (Ezequiel 7:10-12 - Apocalipsis 13:13-14).
- Tienta y asecha a todos (Lucas 4:13).
- Emite promesas mentirosas (Mateo 4:8).
- Acusa a los escogidos (Job 1:9 – Zacarías 3:1 – Apocalipsis 12:10).
- Causa enfermedades (Job 2:7).
- Roba, mata y destruye (Juan 8:44).
- Miente (Juan 8:44).
- Engaña (Mateo 7:21 – Apocalipsis 12:9 – 1º Juan 4:1-3).
- Zarandea a los hombres (Lucas 22:31).
- Estorba la obra de Dios (1º Tesalonicenses 2:18 – 2º Tesalonicenses 2:7-10).
- Quiere tomar ventaja entre nosotros (2º Corintios 2:11).

Algunas características de su organización son:

- Están organizados por jerarquías (Efesios 6:12).
- Están distribuidos territorialmente (Daniel 10:13-20).
- Utilizan a las personas sin Cristo (Juan 8:44).

Los demonios (ángeles caídos) sirven a Satanás. Su autoridad ilegítima surge de la de Satanás mismo. En Su vida terrenal, Cristo puso en evidencia su poder sobre el enemigo por la facilidad con la que expulsaba y arrojaba demonios. Al desenmascarar y destruir el poder del gobierno del infierno, hacía Suyo el poder del reino celestial.

1.- Cristo expulsó , ató y quitó lo que estaba en posesión del diablo (Mateo 12:27-29).

2.- Anuló los decretos del diablo en contra de la gente y despojó a los principados (Colosenses 2:14-15).

3.- Los demonios eran atormentados por Cristo (Lucas 4:34 – Lucas 8:28).

4.- Cristo sanaba a los que estaban enfermos por el diablo (Lucas 4:41).

5.- Cristo deshizo las obras del diablo (1º Juan 3:8).

6.- Cristo guarda a Su pueblo de las garras del maligno (1º Juan 5:18).

7.- Todos admiraban a Cristo por Su autoridad y poder para expulsar espíritus inmundos (Lucas 4:36).

El creyente tiene autoridad y poder sobre los demonios.

Veamos las siguientes citas bíblicas:

“Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37).
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo” (1º Juan 4:4).
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).
“Habiendo reunido a Sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios” (Lucas 9:1).
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios” (Marcos 16:17).
“No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2º Timoteo 1:7).

Los cristianos debemos saber que no podemos ser poseídos por espíritus inmundos.
Veamos la siguiente cita:

“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios (Jesucristo) le guarda, y el maligno no le toca. Sabemos que somos hijos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1º Juan 5:18-19).

Podemos estar confiados y seguros de que el Señor tiene absoluto control sobre todas las cosas y que si tú lo sigues un paso a la vez, un día a la vez y permaneces en El, siempre estarás en el centro de Su buena y sabia voluntad, gozándote en El y disfrutando de Su infinita paz y amor hacia ti. De este modo, el enemigo no podrá tocarte ni hacerte daño alguno; El ya está vencido. Pero debes estar siempre alerta velando en oración y comunión continua en tu Creador.

Veamos:

"Y despojando a los principados y a las potestades, el Señor los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz" (Colosenses 2:15).

“A El sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos!!! (1º Pedro 5:11)

AMEN!!!

jueves, 25 de septiembre de 2008

Los Obreros de la Viña


PARÁBOLA DE LOS OBREROS DE LA VIÑA - (Mateo 20:1-16)



Por: Gladys Raquel Hernández



En este pasaje Dios expresa que El es bueno y que anhela brindarle igualdad de oportunidades a todos los seres humanos del planeta para conocerlo y ser parte de Su pueblo escogido (pueblo de Dios) (1º Pedro 2:9).

Veamos el siguiente relato:
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; Y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas poco escogidos” (Mateo 20:1-16).

Qué relato tan interesante que hizo Jesús, verdad?. Este pasaje nos enseña a profundizar y a reflexionar respecto del compromiso personal que tenemos con el Señor a lo largo de nuestra vida cristiana; ya sea si hemos conocido a Jesús en nuestra infancia o adolescencia, o bien en nuestra juventud, adultez o vejez. No importa cuando hayamos conocido a Jesús, y también, independientemente de la gracia recibida, la Palabra de Dios establece que El juzgará nuestras obras y labores ministeriales desde el momento de nuestra verdadera conversión al cristianismo, aunque ya seamos salvos. Dios claramente ha prometido que ha enterrado nuestros pecados pasados en el fondo del mar y no se ha acordado más de ellos. El nos considera nuevas criaturas en Cristo Jesús (2º Corintios 5:17).

Veamos estas citas bíblicas:
“El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19).
“ Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:12).

Ahora, consideremos estas otras citas:

"La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego" (1º Corintios 3:13-15).

El “denario”, en el pasaje de referencia (salario diario de un jornalero), representaría en esta parábola la vida eterna. Los jornaleros que trabajaron todo el día y se quejaban porque querían recibir más, serían las personas convertidas al cristianismo de toda la vida o con muchos años en el camino de Dios. Los jornaleros que trabajaron menos e iban a recibir un denario también, serían las personas que se convirtieron tal vez en su adultez o vejez. El hecho de ser una persona convertida de toda la vida no implica ser necesariamente mejor, superior o más merecedor que uno convertido en su adultez, por ejemplo. A su vez, una persona convertida en su adultez puede realizar grandes obras para la gloria del Señor, o fracasar algunas veces. En otras palabras, el Señor evaluará la calidad (fidelidad, obediencia, compromiso, responsabilidad y perseverancia) y no la cantidad de tiempo, algunas veces, no bien utilizado.

Por tal motivo, Jesús dijo que los primeros serán postreros, y los postreros, primeros. Debemos tener mucho cuidado con nuestras acciones, actitudes y con las obras que realizamos. Jesús llama a muchos individuos y escoge a pocos en relación a la cantidad de gente que llama, porque a muchos individuos les resulta muy difícil llevar una vida cristiana de obediencia al Señor y les cuesta perseverar en el camino de la fe y seguir al Señor día a día siéndole fiel en el corazón y realizando buenas obras para agradarlo, con el objeto de seguir extendiendo el Reino de Dios en la tierra.

Veamos estas citas bíblicas:
“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13).
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17).

Por lo tanto, ya sabemos que debemos acompañar nuestra fe que se va desarrollando día a día, con buenas obras (conforme al ministerio y/o servicio asignado a cada individuo) con el objeto de agradar a nuestro bueno pero exigente Dios, perseverando hasta el fin de nuestra vida para obtener la salvación eterna. El precio de cruel muerte de cruz de Jesucristo, quien dio su vida en expiación por nuestros pecados así lo exige!!!

Veamos:

"Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?" (Hebreos 12:6-7).

AMEN!!!

Mensajes de Salvación - Parte 2


HUMILDES CONSEJOS A QUIENES TODAVIA NO SE HAN ENCONTRADO CON JESUCRISTO


Por: Gladys Raquel Hernández







El consejo no siempre es recomendable. El consejo humano a veces puede hacer bien y a veces puede dañar seriamente a un individuo.El consejo de Dios siempre es el mejor para cada individuo, pues proviene de Su absoluta sabiduría divina y de Su Palabra que ha sido transmitida a distintos agentes humanos (profetas y santos hombres de Dios del pueblo Judío) a lo largo de la historia y que ha conformado la Biblia para que sea acatada por toda la humanidad.

Veamos estas citas bíblicas:

"El consejo del Señor permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones" (Salmo 33:11).
“No seas sabio en tu propia opinión, teme al Señor tu Dios y apártate del mal” (Proverbios 3:7).
“Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1º Corintios 1:25).

Por tal motivo, el sabio consejo que Dios pueda darnos en Su Santa Palabra, siempre nos conducirá por sendas más que correctas y Su guía siempre será la mejor.

En primer término, no te resistas a la Palabra de Dios y no sientas miedo. En segundo término, date a ti mismo una oportunidad de conocer algo que tal vez tú no conoces y no puedes ver por tus propios medios.

No sientas que por comenzar a transitar por los caminos de Dios, lo vas a perder todo. En realidad, vas a perder todo y aún tu propia salvación si no conoces a Dios y si lo rechazas. Esto te lo hará ver tu propio Creador y no ser humano alguno, pero para lograrlo, debes abrir tu corazón sincero a Dios para que El pueda comenzar a tratar con tu vida (Apocalipsis 3:30).

Tal vez sientas que si comienzas a seguir a Dios, El te hará dejar de lado tu vida habitual: profesión, deporte o actividad favorita, vacaciones, etc. Nada de esto ocurrirá. Tu Dios Creador, quien te ama con amor eterno (Jeremías 31:3) tan sólo ajustará tu vida a la Suya, conforme a Su buena voluntad y a los designios y propósitos que tiene establecidos para tu vida. Si tú le dices que sí, El ya tiene estipulado qué tareas asignarte y si tú le dices que no, tú pagarás las consecuencias de la desobediencia, conforme a Sus planes perfectos y eternos. Dios demanda más cosas a algunos individuos que a otros y exige total obediencia por parte de éstos.

Veamos las siguientes citas bíblicas:
“A todo aquel a quien se le haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá” (Lucas12:48).
“El principio de la sabiduría es el temor del Señor. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).

Cuando tú temes a Dios, tú lo estás respetando, lo estás honrando, lo estás obedeciendo, lo estás amando. A su vez, tú estás siendo fiel y sensato con tu Padre Creador: te rindes y humillas ante El y te reconoces pecador.

De esta manera, comienzas a manejarte con cordura y sensatez. Tu Padre Creador no te mira de la misma manera en que te miran las personas. El te mira con cordura, es decir, El ve en ti quien eres realmente porque puede leer en tu corazón las intenciones del mismo y las cosas que te ocurren en la manera en que realmente te ocurren y que nadie más puede leer ni entender. Tu Dios Creador tiene preparadas para tu vida, verdaderas maravillas si tú se lo permites.

Veamos las siguientes citas:
“Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos”(Proverbios 8:12).
“La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa”(Proverbios 19:11).
“Digo, pues, a cada cual que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3).

Asimismo, no hemos sido redimidos por nuestras buenas obras, sino para buenas obras. Nuestras buenas obras agradan a nuestro buen Dios y lo glorifican.

Veamos estas citas bíblicas:
“Quien se dio a Sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para Sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14).

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:8-10).

“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17).
“El hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Santiago 2:24).

Dios no es injusto. El es absolutamente justo (Exodo 9:27) y a lo largo de la historia se ha valido de agentes humanos (el pueblo judío, Su pueblo pionero y amado) para que dejasen testamentos escritos acerca de Sus mandamientos, leyes y demás enseñanzas para que la humanidad acate y le vaya mejor en la vida que si sigue sus propios caminos y confía en su propia suerte.

Con posterioridad a la escritura de la Biblia (Palabra de Dios) que llevó unos mil quinientos años de historia para su redacción, Dios se siguió revelando a la humanidad con el objeto de que lo conozcan y acepten a Su Hijo Unigénito como salvador, lo sigan y lo sirvan con la finalidad de obtener la salvación de nuestras almas, la vida eterna y cuerpos de incorrupción como el de Jesucristo (1º Corintios 15:52-53). Pero para eso, debemos perseverar hasta el fin (Mateo 24:13).

Aunque esto parezca demandar mucho trabajo de nuestra parte, no nos olvidemos que nuestro redentor, Jesús, pagó un alto precio de cruel muerte de cruz para salvarte a ti y a mi, sin haber cometido pecado alguno, pues El fue el único justo de la historia (Hechos 7:52). Por lo tanto, hagamos lo que hagamos, será insignificante comparado con el sacrificio inigualable de Jesucristo hacia todos nosotros.

“El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27).

No debes asustarte al recibir esta cita bíblica. Jesús no te pedirá que padezcas la cruel muerte de cruz que El padeció. El tan sólo quiere hacernos reflexionar acerca de nuestra condición de pecadores y la seriedad que implica la obediencia, fidelidad, responsabilidad y entrega por parte nuestra con el objeto de recibir la vida eterna.

Si decides seguir a Jesús, todo lo que El hará es darle un nuevo significado a tu vida. El se encargará de que seas parte de quienes se encuentran en un “mismo sentir”. Cuando tú sientas que perteneces al grupo que está en un “mismo sentir”, comenzarás a experimentar una nueva forma de vida. Se trata de un sentir interior, un sentir del alma (que es tu verdadero “yo”) que se discierne espiritualmente y muchas veces no se encuentran las palabras adecuadas para explicarlo. Es el Espíritu Santo de Dios quien te hace ser parte de este “sentir” cuando tú abres tu corazón a El y se trata de una relación más que personal: nadie tiene arte ni parte en ella. Es tu relación en tu Creador.

Veamos las siguientes citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:
“Tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros” (2º Corintios 13:11).

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1º Corintios 2:14).

El Señor te rescatará de tu mala manera de vivir (según El lo estime así), te elevará a una esfera espiritual superior a la que conocías hasta el momento y te brindará una superior calidad de vida que ya tiene preparada para ti si le dices que sí. Asimismo, día a día te ayudará a crecer hasta que puedas llegar a la estatura del varón perfecto: Jesucristo.

Veamos la siguiente cita:
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”(Efesios 4:13).

Es imposible llegar a la estatura del varón perfecto, pero Dios valorará tu esfuerzo diario en parecerte a El cada vez más, llevando frutos de bendición a otras personas, perseverando hasta el fin, con el objeto de recibir la salvación de tu alma (Mateo 24:13) y una vez obtenido tu cuerpo eterno, sí podrás decir que has llegado a la estatura del varón perfecto: Jesucristo (quien en forma conjunta con el Padre y el Espíritu Santo nos crearon a Su imagen conforme a Su semejanza – Génesis 1:26) y una vez que estemos en la eternidad, gozaremos al fin de una calidad de vida excelente, conforme a Dios y a Sus eternas y fieles promesas.

Con respecto a perder cosas o no en esta vida, con Dios en ti, sólo te darás cuenta que si lo dejas a El gobernar tu vida (tienes libre albedrío para decidir), todo será mucho más seguro para ti. Si antes amabas un deporte, descubrirás con mucho asombro que el mismo es bastante insignificante comparado con la calidad de vida que Dios tiene preparada para ti. El gozo del alma no puede compararse con ninguna actividad favorita, con ningún placer, con ninguna joya, con ningún bien material. El gozo del alma sólo te lo dará tu Creador. Es sublime y sólo podrás entenderlo cuando tengas real sed de Dios y lo necesites celosamente.

Si tú crees que Dios no puede entenderte porque El es muy poderoso y tú eres humano, debes comprender que Dios previó todo de tal manera que El te comprende mucho más de lo que imaginas o supones. No debes olvidar que una de las manifestaciones de Dios fue de carne y hueso en la persona de Jesucristo. El padeció persecución, tortura y cruel muerte de cruz para salvarte a ti y a mí pues estábamos todos destituidos de la gloria de Dios debido al pecado (Romanos 3:23). La relación entre Dios y la humanidad se había roto en el Huerto del Edén por desobediencia del hombre y la mujer que tienen naturaleza pecadora (Génesis 3:23-24). Jesucristo se ofreció desde la eternidad en expiación por nuestros pecados, siendo El santo y justo, parte de la Santísima Trinidad.

Veamos las siguientes citas bíblicas:
“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida” (Romanos 5:18).
“Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1º Juan 2:1).
“El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1º Pedro 2:22).
“Quien llevó El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1º Pedro 2:24).

¿Cómo Dios entonces no va a entender lo que te pasa, cuánto sufres y cuánto lo necesitas? Porque cuando tú buscas droga, distintos placeres, dinero, fama, entre otros, tú estás buscando a Dios inconscientemente; estás buscando a tu Creador. Y si no eres bien guiado, bien direccionado, si andas sin rumbo alguno por la vida, estás perdido. Pero tu Creador, no te dejará sólo. El, quien está en control de todas las cosas, siempre pondrá en tu camino agentes humanos para que te ayuden a salir victorioso y creará las circunstancias acordes para que tu vida tome el sentido que Jesús quiere para ti y para toda tu familia.

Y si en algún momento, tú sientes que quieres morirte porque ya no puedes continuar con tu vida, es comprensible porque todos atravesamos distintas dificultades en esta vida. Pero piensa por un momento en esto: “Cuando Dios decidió crear cosas, tú estabas incluido entre ellas y pensó en crearte a ti con respecto a todo aquello que no creó”. Valórate!

AMEN!!!

Mensajes de Salvación - Parte 1


MENSAJE A QUIENES TODAVÍA NO SE HAN ENCONTRADO CON JESUCRISTO


Por: Gladys Raquel Hernández





Todos los cristianos alguna vez pertenecimos al mundo y Dios nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable (1º Pedro 2:9).

No existe una regla fija y determinada para conocer a Dios y comenzar a tener comunión y contacto en El. Dios es infinitamente creativo, multiforme y totalmente antitradicionalista y no se vale de normas específicas para acercarse a las personas y tocarlas con Su Espíritu Santo, sino que utiliza diversidad de métodos y se vale de infinitas circunstancias para cumplir con Sus propósitos. No olvidemos que el propósito de Dios es cumplir Su obra en nuestra vida y en Su soberana voluntad, El lo hará.

Cuando Dios nos llama, nos toma y acepta como estamos: angustiados, deprimidos, con problemas familiares, de salud, económicos, de drogas, dependencias, destruidos, oprimidos, afligidos, etc. Dios no nos pide que cambiemos y luego vayamos a El, porque la sangre de Jesucristo vertida por nuestros pecados es suficiente sacrificio o propiciación, es decir, su preciosa sangre nos justifica ante el Padre.

Veamos estas citas bíblicas:
Y El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1º Juan 2:2).

“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1º Pedro 1:18-19).

La segunda venida de Jesucristo a la tierra es un hecho cierto que ocurrirá en cualquier momento de aquí en adelante, ya que conforme al reloj de Dios, los tiempos ya están cumplidos (Lucas 21:24).

La esposa del cordero (la iglesia de Jesucristo: muertos en Cristo resucitados y vivos transformados) será arrebatada a los cielos (1º Tesalonicenses 4:16-17).

Veamos la siguiente cita bíblica que señala que la iglesia es la esposa del cordero (Jesucristo):
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:7).

En la tierra quedará un remanente con posterioridad al arrebatamiento de la iglesia. Estas personas serán precisamente aquellos que no han aceptado a Jesucristo en su corazón como su único salvador, quienes no se han arrepentido de sus pecados ni se han reconocido pecadores, es decir, son los impíos que se han rebelado en contra de Dios por diversas cuestiones.

Veamos las siguientes citas:
“Los transgresores serán todos a una destruidos; la posteridad de los impíos será extinguida” (Salmo 37:38).

En ese tiempo, habrá en la tierra una gran tribulación que los impíos deberán soportar. Se trata de guerras, hambre, pestes y terremotos (Mateo 24:6-7). Existirán terribles problemas con el agua en el mundo entero conforme a las profecías bíblicas.

Veamos estas citas bíblicas:
“El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar. “El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre” (Apocalipsis 16:3-4).

La iglesia se salvará de la ira venidera por parte de Dios. Es decir, la iglesia (corazones fieles convertidos a Jesús) será arrebatada y llevada a la presencia del Señor para morar por siempre con El, antes de que todo esto ocurra.

Veamos las siguientes citas que se refieren a la ira de Dios:
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18).
“Y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1º Tesalonicenses 1:10).

En ese período terrible, no deseable a ser humano alguno, surgirá el anticristo (líder mundial de apariencia carismática quien, hacia la mitad del período de siete años que durará la gran tribulación, comenzará a mostrar su verdadera faz cruel y diabólica y castigará de muerte a todo aquel que no obedezca y cumpla con los requisitos establecidos en el nuevo orden mundial).

Es decir, los gentiles (no judíos) que quieran convertirse al cristianismo en ese período, serán asesinados por este régimen establecido por el anticristo y aún siendo asesinados, no obtendrán su salvación eterna, pues el tiempo de los gentiles para recibir salvación es el tiempo en que vivimos en la actualidad (Tiempo de la Gracia: desde la ascensión de Jesucristo a los cielos hasta el arrebatamiento de la iglesia, que según creemos los cristianos, ocurrirá en forma inminente conforme a las profecías bíblicas).

El Señor solamente tratará con el pueblo de Israel para salvación (Su primer pueblo escogido y amado) en el período de la gran tribulación, conforme a las profecías bíblicas y todo Israel será salvo. Las Escrituras establecen que todo judío regresará a la tierra de Israel de todas partes del mundo en el período de la gran tribulación.

Veamos las citas que fundamentan estos conceptos:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo” (Romanos 11:25-26).

“He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy el Señor Dios, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo el Señor tu Dios hablé, y lo hice, dice el Señor” (Ezequiel 37:12-14).

Es muy probable que quienes sufran la gran tribulación se pregunten unos a otros como pudo ser que si todos vivíamos en el planeta, nadie advirtió de ese horror antes del arrebatamiento.

La respuesta a este interrogante es muy clara hoy en día cuando todavía estamos a tiempo. Todos los cristianos quisimos predicarles el evangelio del Reino, quisimos que leyesen y se interiorizaran acerca de la Palabra de Dios escuchando a distintos siervos/as que han tenido revelación de Dios, y aún, los invitamos a participar de reuniones en distintas congregaciones para que se relacionaran y tuvieran comunión en el Dios vivo y eterno, en definitiva, para permanecer en Su Creador, pero no quisieron escuchar....

Este es un llamado de atención puntual a todas aquellas personas que no tienen idea de quienes son ni adonde van, quienes no saben que un rey todopoderoso pensó en ellas desde antes de la fundación del mundo, pensó en crearlas, en depositar un alma dentro de sus cuerpos, las amó con amor eterno y planeó darles redención (volver a nacer si aceptan a Jesucristo como su único salvador y se arrepienten de sus pecados) y posteriormente vida eterna y un cuerpo incorruptible como en el que habita nuestro Señor Jesucristo (Efesios 1:3-5 – Jeremías 31:3 – Lucas 5:32 - 2º Corintios 5:17-19 - 1º Corintios 15:52-53).

Veamos la siguiente cita:
“Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va” (Juan 12:35).

¿Cómo no contar todo esto, cómo no confesar a Jesucristo a la humanidad si El dijo que quien lo confiese delante de los hombres, El lo confesaría delante de Su Padre que está en los cielos y quien lo niegue delante de los hombres, El también lo negaría delante de Su Padre que está en los cielos? (Mateo 10:32-33).

¿Cómo no dar a conocer las consecuencias de la desobediencia que no es nada más ni nada menos que separación eterna de nuestro Creador?

¿Cómo se sentiría un niño perdido en un parque sin poder encontrar a sus padres? ¿Lloraría desesperado, verdad?

Quien no acepte a Jesucristo en su corazón, también llorará y sufrirá eternamente en el lago que arde con fuego y azufre (Mateo 13:41-43 –Apocalipsis 21:8). Pero aún existen buenas noticias: Todavía estás a tiempo en este tiempo de la gracia de salvar tu alma, no importa si eres gentil o si eres judío. Seas quien seas, Jesucristo te está esperando....

AMEN!!!

¿Quién es El Pueblo de Dios?


¿QUIÉN ES EL PUEBLO DE DIOS?



Por: Gladys Raquel Hernández







“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1º Pedro 2:9-10).

El pueblo de Dios está conformado por todos los individuos que habiendo tenido algún encuentro con Jesucristo, han sido apartados del sistema del mundo, han aceptado a Jesús como su salvador, se han reconocido pecadores, se han humillado y rendido enteramente al Señor y permanecen en El.

El pueblo de Dios es un pueblo que ha decidido por decisión propia salir de las tinieblas en donde estaba: unos oprimidos, otros cautivos (atados por el alcohol, las drogas, dependencias de todo tipo), otros presos (ciegos: del pánico, obsesiones, ansiedades, soberbia, orgullo, arrogancia, etc), otros quebrantados (heridos en el corazón y destrozados), otros enfermos y Dios lo llevó a Su luz admirable.

El pueblo de Dios es un pueblo que aún viviendo en un mundo terrenal se rige por principios espirituales y se encuentra dentro de otro pueblo mayor aún que es el que funciona rigiéndose por el sistema del mundo.

Veamos las siguientes citas bíblicas donde Dios llama a Abraham, quien es considerado el padre de la fe:
“Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”(Génesis 12:1-3).

A través de estas citas podemos apreciar que con el llamamiento de Abraham comienza a formarse el pueblo escogido de Dios, ya que Dios le promete que en él serán benditas todas las familias de la tierra. Abraham cree y obedece a su Creador; por tal motivo es nuestro padre de la fe.

Veamos las siguientes citas:
“Porque, ¿qué dice la Escritura?. Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia” (Romanos 4:3).
“El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia”(Romanos 4:18).

Asimismo, el pueblo de Dios ha recibido revelación por parte de El para comenzar a ver el mundo espiritual, conocer a Su Creador, entrar en comunión en El, despojarse de sí mismo, seguir y servir a su Dios de todo corazón todos los días de su vida, en esperanza contra esperanza como nuestro padre Abraham, perseverando hasta el fin con el objeto de obtener salvación eterna (Mateo 24:13).

El pueblo de Dios ha decidido seguir a su Señor y salvador, Jesucristo, ya que tiene libre albedrío para hacerlo y nadie lo obliga a tal efecto.

El pueblo de Dios ha decidido pagar el precio de la obediencia, ha decidido esforzarse y ser valiente en sus labores ministeriales y de servicio a Dios, asignadas por su Creador y no se avergüenza del evangelio.

Veamos estas citas:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:16-17).

El pueblo de Dios es linaje escogido por Dios, conforma una nación santa, es decir, sus integrantes son llamados hijos de Dios al haber aceptado a Jesucristo como salvador, lavados y santificados por la sangre de Jesús. Esto los diferencia del resto de los integrantes del mundo.

Veamos estas bellas citas bíblicas donde Dios nos llama hijos Suyos:
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El, porque le veremos tal como El es” (1º Juan 3:1-2).

“Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos Suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad” (Efesios 1:4-5).

“Pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo, Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1º Juan 1:7).

El pueblo de Dios es un “pueblo adquirido por Dios”, es decir, es un pueblo apartado del mundo para entrar en un mundo espiritual por total decisión propia, habiendo alcanzado misericordia de Dios. Aunque puede ver con los ojos del corazón el mundo espiritual, también puede ver perfectamente el sistema del mundo (el que todos conocemos) alrededor suyo. En cambio, quienes pertenecen al sistema del mundo no pueden ver ni comprender el mundo espiritual ni el pueblo de Dios, pues hay cosas que se disciernen espiritualmente cuando el individuo decide abrir su corazón a Dios.

Veamos la siguiente cita bíblica:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1º Corintios 2:14).

El pueblo de Dios está compuesto por diferentes miembros que forman el cuerpo de Cristo: la Iglesia, la esposa del Cordero (Jesucristo)

Veamos estas citas bíblicas:
“Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como El quiso”. “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo”. “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1º Corintios 12:18-20-27-28).

Todo ser humano que así lo desea, puede salir de las tinieblas (sistema del mundo) e ingresar por decisión propia al mundo espiritual y ser parte del pueblo de Dios, puesto que Dios no hace acepción de personas y anhela que todos procedan al arrepentimiento.

Veamos la siguiente cita bíblica:
“¿Cuánto menos a aquél que no hace acepción de personas de príncipes. Ni respeta más al rico que al pobre, porque todos son obra de Sus manos?” (Job 34:19).

Debes decidir donde pasar la eternidad, ya que eres un alma creada por Dios y la misma no morirá jamás. Aunque la iglesia del Señor sea llevada a Su presencia (1º Tesalonicenses 4:16-17), todos los individuos que se hayan rebelado en contra de Dios, o que por diferentes causas no hayan conocido a Jesús y no hayan sido arrebatados a los cielos, serán resucitados con posterioridad al reinado del milenio en la tierra de Jesucristo (Apocalipsis 20:4) y pasarán por el juicio del gran trono blanco. Los que no se encuentren inscritos en el libro de la vida conforme a la voluntad de Dios, serán arrojados al lago que arde con fuego y azufre (Apocalipsis 20:11-15 y 21:8).

Si no conoces aún a Jesús, todavía estás a tiempo de ser parte del pueblo escogido de Dios!!!

AMEN!!!

La Iglesia de Jesucristo


LA IGLESIA DE JESUCRISTO (Concepto de Iglesia)




Por: Gladys Raquel Hernández







La Palabra de Dios establece que la iglesia es el cuerpo de Cristo y que cada uno de los fieles es un miembro de ese cuerpo que constituye la iglesia. La cabeza es nuestro redentor, Jesús.

Veamos la siguiente cita bíblica:
"Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular" (1º Corintios 12:27).

La iglesia de Jesucristo no está conformada ni por todas las denominaciones religiosas, ni por todas las estructuras o complejos edilicios que se encuentran en las distintas ciudades alrededor del mundo. La iglesia somos todos nosotros, los que amamos a Dios de todo corazón y le obedecemos cumpliendo con las distintas tareas que nos ha encomendado a cada uno para ayudar a extender Su reino en la tierra y para glorificar a Jesús, el Hijo del Dios vivo y la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15).

Veamos estas citas bíblicas:
“El Espíritu me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14).

"Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo" (1º Corintios 12:5).
Es decir, dentro del cuerpo de Cristo, el Señor reparte dones y ministerios como El desea, llamando a cada individuo y haciéndole sentir en el corazón qué parte de Su cuerpo quiere que dicho individuo represente.

Veamos estas citas:
"Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas" (1º Corintios 12:28).

"Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia, a otro, fe y a otro, dones de sanidades, a otro, el hacer milagros, a otro, profecía, a otro, discernimiento de espíritus, a otro, diverso género de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como El quiere" (1º Corintios 12:7-11).

La iglesia de Jesucristo es el pueblo de Dios. El mismo está incluido dentro de otro gran pueblo que es el sistema del mundo. En el mundo existen más de seis mil millones de personas, de las cuales un número menor constituye la iglesia: corazones fieles a Dios. Dentro de la iglesia aprobada por Dios, existen diversas congregaciones en el mundo entero, compuestas por miembros que realizan distintas actividades .

Veamos estas citas bíblicas:
"Y El mismo (Jesús) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efesios 4:11-13) .

Conforme a estas citas bíblicas, los fieles que congregan en los diferentes centros de reunión deben acatar las órdenes impartidas por sus pastores, líderes o maestros, sujetándose a éstos, tratando de estar siempre dentro de la voluntad de Dios y agradarlo, con total orden.

"Pero hágase todo decentemente y con orden" (1º Corintios 14:40).
"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso" (Hebreos 13:17).
Asimismo, cuando Jesús resucitó y se presentó ante Sus discípulos les dio una orden:
"Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:18-20).

Esta orden impartida por Jesús y que se conoce como la Gran Comisión fue el principio de lo que constituyó la iglesia primitiva del Señor, liderada por judíos convertidos al cristianismo. El apóstol Pablo fue uno de los apóstoles que secundó esta orden de Jesús, haciéndola extensiva al pueblo gentil (no judíos) por mandato de Dios, cumpliendo en parte con la Gran Comisión, y estableciendo distintos centros de reunión en diferentes lugares y países.

Actualmente, existen organizaciones interdenominacionales que se encargan de cumplir con la Gran Comisión establecida por Jesús, con el objeto de que cada individuo pueda tener una oportunidad de conocer a Jesús y a sus enseñanzas para lograr la salvación de su alma.

Con el objeto de comprender cuál es la iglesia que aprueba Dios, es necesario comprender la doctrina de Jesús. Una vez más, no estamos hablando de un complejo edilicio sino de corazones fieles a Dios.

El término "doctrina" implica: ¿Qué entiendo yo acerca de algo o de alguien?. Para entender la doctrina de Jesús, debo abrir mi corazón y permitirle a Su Santo Espíritu que entre en mí y comience a tratar con mi vida. El Espíritu Santo es quien revela la verdad y glorifica a Jesús.

Veamos las presentes citas bíblicas:
"Que nos amemos unos a otros. Y este es el amor, que andemos según Sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio. Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!. Porque el que le dice ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras" (2º Juan 1:5-11).

Conforme a las profecías bíblicas, Jesús (el esposo) vendrá a buscar a la iglesia (Su esposa) (Apocalipsis 19:7). Esta será arrebatada a los cielos para encontrarse con el Señor y vivir por siempre con El (1º Tesalonicenses 4:16-17).

Esto ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos:
“En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1º Corintios 15:52).

Jesús no vendrá a buscar a ninguna institución, a ningún complejo edilicio, a ninguna religión ni denominación. Lo que El arrebatará serán muertos en Cristo resucitados y vivos en Cristo transformados que juntos volarán al cielo para reunirse con el Señor y participar de las bodas del cordero y del tribunal de Cristo, donde cada fiel recibirá recompensa conforme a sus obras en la tierra.

Veamos estas citas bíblicas:
"Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado" (Apocalipsis 19:7).

"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2º Corintios 5:10).

"La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la aprobará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego" (1º Corintios 3:13-15).

Nos conviene seguir a Dios, aceptar a Su Hijo Unigénito como salvador y pertenecer a Su cuerpo: la iglesia.

Veamos lo que piensa Dios de las ideas y sistema del mundo:
“Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1º Corintios 1:25).

“Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en Su presencia” (1º Corintios 1:27-29).

"Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos" (1º Corintios 3:19-20).

Veamos este consejo de Dios:
“El que se gloría, gloríese en el Señor” (1º Corintios 1:31).

"Al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre" (Romanos 16:27).

AMEN!!!