¿QUIÉN ES DIOS? ¿EXISTE REALMENTE?
Por: Gladys Raquel Hernández
Dios existe realmente pues se ha revelado a diferentes agentes humanos del pueblo Judío, Su pueblo pionero amado, a lo largo de la historia quienes han dejado testamentos escritos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que conforman las Sagradas Escrituras: La Biblia.
Si ellos no hubiesen recibido revelación directa por parte del Creador, no hubiesen escrito nada y por lo tanto no tendríamos idea de Su existencia. Estos agentes humanos, profetas y santos hombres de Dios recibieron inspiración divina revelada directamente a la conciencia y al entendimiento para escribir, y en algunas ocasiones tuvieron encuentros con Dios cara a cara y/o escucharon de manera audible la voz de Dios.
Si ellos no hubiesen recibido revelación directa por parte del Creador, no hubiesen escrito nada y por lo tanto no tendríamos idea de Su existencia. Estos agentes humanos, profetas y santos hombres de Dios recibieron inspiración divina revelada directamente a la conciencia y al entendimiento para escribir, y en algunas ocasiones tuvieron encuentros con Dios cara a cara y/o escucharon de manera audible la voz de Dios.
Veamos algunas citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:
“Cara a cara habló el Señor Dios con nosotros en el monte de en medio del fuego” (Deuteronomio 5:4).
“Viendo el Señor que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: - ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: - Heme aquí. Y dijo: No te acerques, quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: - Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro porque tuvo miedo de mirar a Dios” (Exodo 3:4-6).
“El Señor Dios llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí” (1º Samuel 3:4).
El nombre de Dios en hebreo es impronunciable (YHWH) , pues Su nombre es santo.
Veamos que interesante respuesta le brinda el Señor Dios a Moisés cuando éste es llamado a liberar al pueblo hebreo de los egipcios, quienes los tenían cautivos como esclavos:
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es Su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” (Exodo 3:13-14).
Dios es un Dios trino y se manifiesta en la persona del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los tres constituyen una unidad: son coexistentes, infinitos y eternos. Los tres fueron activos en la obra de la creación (Génesis 1:26) y son igualmente activos en la obra de la redención. Dios Padre propuso y planeó la creación. Dios el Hijo hizo posible mediante el sacrificio de cruz la realización del eterno plan de Dios. El Espíritu Santo es el poder de la trinidad. Su poder levantó a Jesús de entre los muertos y ese poder sigue aún hoy fluyendo en nuestras vidas, sanando nuestros cuerpos, restaurando, limpiando, purificando y santificando.
Por lo tanto, Dios se sigue revelando a nuestras vidas por medio de Su Espíritu Santo que convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8), repartiendo dones y ministerios conforme a Su soberana voluntad (1º Corintios 12:11). Se trata de un sentir interior que cada individuo percibirá al abrir su corazón sincero a Dios, reconociéndose débil, pecador, sediento y necesitado de su Creador.
El cristiano que ha tenido revelación por parte de Dios y que mantiene diariamente comunión en El por medio de la oración, escucha a Dios de espíritu a espíritu. Dios no es tangible: El es perfecto. El va directamente a nuestro espíritu y nosotros sabemos cuando El nos habla. Cuando El nos habla, comenzamos a entender a Dios.
Existen muchos atributos de Dios registrados en la Biblia. Veamos algunos de ellos:
Dios es un ser todopoderoso:
El es omnipresente: Está en todas partes al mismo tiempo (Proverbios 15:3).
El es omnisciente: Todo lo sabe. Es la sabiduría máxima (Salmo 19:2).
El es omnipotente: El todo lo puede (Números 24:4 y 16).
El es infinito: Es el Alfa y la Omega, el principio y el fin (Salmo 90:2).
El es inmutable: Dios no cambia. Es el mismo por los siglos de los siglos (Santiago 1:17).
El es infalible: Dios no se equivoca (Números 23:19).
El es espíritu, luz y amor: El no es una sustancia material. Todo lo ilumina y ama con amor eterno (Romanos 8:11 – Salmo 90:17 – Juan 3:16).
El es invisible, insondable e inmenso: No es posible verlo. No se puede comprender la totalidad de lo que Dios es y excede todo tamaño imaginable ( Juan 16:28 – Salmo 68:33 – Isaías 40:22).
El es santo, justo y perfecto: Es totalmente puro. Es recto e insuperablemente exacto (Salmo 22:3 – Isaías 45:19 – Salmo 19:7).
El es incorruptible, verdadero y fiel: No es posible sobornar a Dios. En El no hay mentira ni falsedad y es leal a Sí mismo (Romanos 1:23 - Salmo 25:5 - Salmo 33:4).
El es bueno, compasivo y misericordioso: El siempre manifiesta Su generosidad. Es de carácter piadoso y clemente y es sensible a las necesidades humanas (Salmo 34:8 – Juan 11:33 – Salmo 90:14).
Existen muchos más atributos acerca de Dios registrados en la Biblia. Estos son algunos de ellos para que con un corazón abierto y dispuesto podamos gozar y disfrutar de Su magnificencia y contemplar la majestuosidad de Su grandeza y de Su perfección.
A El sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos! (1º Pedro 5:11)
AMEN!!!